Sánchez llena de palmeros un mitin en Cáceres y ni así consigue evitar los abucheos de la gente
Tras negarse a acudir al Congreso para explicar su polémica gestión de la crisis de Afganistán, Pedro Sánchez se ha programado un viaje a Navalmoral de la Mata (Extremadura) para darse un ‘baño de masas’ en el hogar de mayores de la localidad cacereña. Los aplausos de algunos lugareños para recibir al presidente no han impedido que se escuchasen también silbidos y abucheos a su llegada.
Pese al esfuerzo del PSOE extremeño desembarcando a la militancia, Sánchez no se ha librado de las críticas, como ocurre en cada uno de sus últimos, y limitadísimos, actos públicos.
El presidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara ha acompañado al presidente junto a la alcaldesa de la localidad, Raquel Medina. Antes de la declaración institucional, sin preguntas, ambos presidentes se han detenido durante un largo rato con los asistentes, con quienes se han fotografiado mientras Moncloa retransmitía ya la señal institucional.
Al más puro estilo de un mitin electoral – un formato poco habitual en una comparecencia del presidente del Gobierno – Sánchez ha pronunciado su alocución rodeado de simpatizantes socialistas. Una imagen que, en actos institucionales, no suele ser habitual por razones de seguridad. Los afines al presidente se han situado a escasos metros de Sánchez, mientras que sus críticos se han tenido que quedar más alejados.
La visita a Navalmoral de la Mata, municipio gobernado por los socialistas y con 17.000 habitantes, forma parte de la nueva agenda interna del presidente.
El responsable de esta nueva estrategia, su jefe de gabinete Óscar López, le ha acompañado en coche hasta el municipio cacereño, algo que no había hecho hasta ahora y que tampoco era habitual por parte de su antecesor, Iván Redondo.
En esta nueva etapa, López quiere devolver a Sánchez a la calle, con actos cómodos y de reducido tamaño, para minimizar las críticas al presidente.